Reflujo en perros: Consejos para evitar las moletias

Al igual que los seres humanos, los perros tienen reflujo y pueden necesitar algunas adaptaciones en sus hábitos para aliviar las molestias. 

Hay varias causas relacionadas con el problema: uso de medicamentos, comer demasiado rápido, cambios en la alimentación, obstrucción e incluso factores hereditarios (como es el caso de algunas razas con predisposición). 

El reflujo en los perros se produce cuando el contenido del estómago vuelve por la boca a través del esófago y de manera totalmente involuntaria y que puede o no tener la eliminación de los alimentos.

La regurgitación causada por el reflujo difiere del vómito: normalmente el alimento no ha pasado aún por el proceso de digestión, por lo que es habitual encontrar granos de pienso intactos y además no tienen tan fuerte olor. 

El cuidador o dueño del perro debe prestar atención a la rutina del animal, la textura de los alimentos que se le están dando y la frecuencia del reflujo. La buena noticia es que algunos sencillos cambios en el día a día pueden aliviar el cuadro de un perro con reflujo. ¿Qué hacer? Te lo explicamos a continuación.

Comer demasiado rápido puede provocar reflujo en los perros

Los perros más apurados a la hora de comer pueden presentar reflujo con mayor facilidad. En este caso, la comida vuelve a la boca antes de llegar efectivamente al estómago. 

La mejor alternativa es intentar ralentizar la forma en que se alimenta la mascota, ya sea con el uso de un comedero lento para perros o incluso aprovechando las comidas para enseñar trucos a la mascota y así tener más control de la cantidad de comida que ingiere de una vez.

Los perros muy agitados también pueden tener reflujo, especialmente si suelen correr o jugar mucho justo después de la comida. Lo mejor es no animar a la mascota a que se mueva demasiado después de comer; además, prefiera dar paseos antes de las comidas.

El vómito alimentario requiere su atención si es muy frecuente y va acompañado de otros síntomas como fiebre, diarrea y postración. En este caso, lo recomendado es llevar al animal al veterinario lo antes posible.

Reflujo en perros: la altura del comedero importa

Poca gente sabe que el comedero del perro tiene que estar a la altura adecuada para evitar episodios de reflujo, sobre todo si hablamos de perros pequeños. 

Lo ideal es que el plato de comida se coloque a la altura del pecho del animal para que no tenga que agacharse mucho a la hora de comer. Por lo tanto, invierta en un soporte para los botes de agua y comida, además de evitar el reflujo en el perro, dicho comedero no estará en contacto directo con el suelo.

La comida para perros debe ser adecuada para el tamaño y la edad del animal

La alimentación inapropiada es una de las principales causas de reflujo en los perros. Tenga mucho cuidado a la hora de elegir el pienso (alimento seco) de su perro. 

En primer lugar, prefiera alimentos de calidad y ofrezca todos los nutrientes para mantener al animal sano. 

Es esencial que el pienso sea específico para la etapa de vida del perro, ya sea cachorro, adulto o senior. 

Esto se debe a que la textura del alimento se adapta a la capacidad de masticación o al desgaste natural de los dientes de un perro anciano, por ejemplo. Ya el pienso para cachorros si se le da a un perro más grande puede provocar el desequilibrio del organismo del perro adulto, creando malestar y, por supuesto, las consecuencias de un perro con reflujo.

El tamaño del grano también es importante. El pienso adecuado para razas de perros pequeños tiene el grano más pequeño que el que se destina al perro grande y esto tiene una explicación lógica pues granos más agrandes puede influir en una mala digestión. 

Otros aspectos de la alimentación también pueden ser la causa del perro con reflujo, como el cambio brusco del alimento o pienso: lo ideal es que si se requiere de un cambio por recomendaciones del veterinario, este proceso sea gradual.

Es importante que el dueño de la mascota observe la frecuencia del reflujo y si el animal presenta otros síntomas que puedan indicar algo más grave. Si es así, lo mejor es llevar al animal a una
consulta: el veterinario le hará pruebas clínicas para detectar el problema y le indicará cómo tratar el reflujo en su perro de la mejor manera.

 

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